Los 8 retos de China
Se acabó hace unos meses en Beijing la Asamblea Nacional Popular de China, pero comienza para el país la tarea más difícil: seguir creciendo económicamente sin poner en peligro la estabilidad sociopolítica. Es más, seguir demostrando al mundo que su modelo es sostenible y beneficioso no sólo para los chinos, sino para el resto del planeta. Si algo ha quedado claro tras la Asamblea Nacional Popular de China es que, como todo modelo, el chino tiene sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Sólo si China consigue superar estos 8 retos podrá demostrar al mundo queChina ha vuelto para quedarse.
Reformas más profundas
El sistema administrativo chino no acaba de encontrar el equilibrio entre el gobierno central y los gobiernos locales. Este desequilibrio está provocando que muchos expertos adviertan del peligro que puede generar el endeudamiento sin control de la administración. Aunque el primer ministro chino, Li Keqiang ha salido a la palestra para anunciar que el riesgo de endeudamiento de China está bajo control, es por todos sabido que el problema no reside tanto en el gasto del gobierno central sino en los gobiernos locales que invierten en el desarrollo rápido de sus ciudades de forma poco racionalizada.
Para evitar el colapso administrativo, se requieren una serie de reformas en materia fiscal y tributaria con urgencia. La esperada reforma del sector financiero, con la llegada de nuevos bancos chinos, la liberalización de las tasas de interés o la promoción de la banca segura por internet son otras de las medidas que se deben llevar a cabo en los próximos años.
Mayor apertura
La ya citada apuesta por una “economía de mercado” debe ser una realidad antes de que el mundo empiece a desconfiar de estas intenciones. China debe apostar por una economía cada vez menos centralizada y con más empresas privadas independientes. De lo contrario se puede perder uno de los grandes pilares que han motivado el “milagro chino”, la recepción masiva de Inversión Extranjera Directa (IED).
Y tan importante es que el mundo siga invirtiendo en China como que China siga invirtiendo en el mundo. Para que esta parábola funcione es imprescindible dos acciones. La primeras es que las grandes empresas chinas salgan al exterior y comiencen a vivir un proceso de globalización sin precedentes. El segundo ítem es que Beijing tenga más peso en el comercio mundial a base de acuerdos bilaterales, multilaterales y regionales. En ese sentido, los acuerdos con Estados Unidos y la Unión Europa deben ser una prioridad para el presidente chino Xi Jinping.
Reforma Económica
El modelo económico tiene que basarse en los conceptos de desarrollo sostenible y desarrollo científico. La apuesta por la innovación, la ciencia y el medio ambiente han de ser los motores que impulsen el devenir China. Además, para garantizar la IED, es imprescindible que Beijing garantice la seguridad jurídica de las inversiones extranjeras. Entre las medidas que se espera que se adopten a corto plazo destacan la protección de los derechos de propiedad intelectual, la lucha contra las falsificaciones o la corrupción a todos los niveles.
El primer ministro chino, Li Kequiang es consciente que el dinero y en poder en malas manos “corrompe” y pone en peligro la legitimidad del propio Partido Comunista Chino. Por ese motivo, no le tiembla a voz cuando afirma que “todos somos iguales contra la ley” y que luchará de manera enérgica contra los corruptos, sean “moscas” o “tigres”.
La reforma económica también tiene que demostrar al mundo que China ya no es solo la “fábrica del mundo”. El país debe apostar por incrementar las industrias de servicios, el fomento de la creación de empresas, y sobre todo, generar nuevos empleos para la gran masa de licenciados que van a salir de las universidades chinas en los próximos años.
Demanda Interna
La crisis económica global ha mostrado a China que depender exclusivamente de las exportaciones es un elemento que puede poner el riesgo el equilibrio del modelo chino. Por ese motivo es tan importante que se incentive el consumo interno en el país. Para eso hay que incentivar la demanda interna a base de inversión presupuestaria del gobierno central, el aumento de los salarios medios, la generación de nuevos puestos de trabajo, entre otras medidas.
Desarrollo rural
La historia más reciente nos dice que la actual República Popular de China nació de la revolución llevaba por Mao desde el campo a la ciudad. Por ese motivo si no se tiene en cuenta lo que está sucediendo en el campo, en China podría volver a repetirse la historia, pero con resultados muy diferentes.
Hace años el que fuera embajador español en China, Eugenio Bregolat, me preguntó “¿Sabes Iván cual es la principal preocupación que tiene el presidente chino cada vez que se levanta?” Ante mi silencio, Bregolat me contestó: “dar de comer a 1.300 millones de personas.
China debe continuar con la reforma agraria, acelerar su modernización, aumentar los ingresos de los agricultores para garantizar la seguridad alimentaria. La agricultura es un sector clave para asegurar la estabilidad social y económica del país.
Migración y urbanización
Y si tan importante es la situación de los que viven en el campo, también lo es por los que quieren emigrar en busca de nuevas oportunidades a la ciudad. La reforma del sistema migratorio pasa por la modificación del llamado “hukou” o permiso de residencia.
Las normas de empadronamiento hukou, que ligan la residencia del ciudadano a su lugar de nacimiento, prohíben a los emigrantes rurales darse de alta como residentes en las ciudades, con lo cual no pueden tener el mismo acceso a la vivienda ni a otros servicios sociales, como la sanidad y la escuela. El hukou debe de ser un documento que de refleje y de derechos al ciudadano chino en base a donde vive y no de donde procede.
Por otro lado, la urbanización en las regiones centrales y occidentales también se debe intensificar, en base al fomento de nuevas industrias e infraestructuras.
Protección medioambiental
De nada sirve ser una potencial mundial y tener las ciudades más modernas y desarrolladas del mundo si a penas se puede vivir de forma saludable en ellas debido a la contaminación del medioambiente.
El gobierno debe luchar enérgicamente contra la contaminación, centrándose en las siguientes áreas clave: la mejora de la estructura industrial, el aumento de la eficiencia energética, apuesta por las energías limpias, reducir la dependencia del carbón como fuente de energía, la reducción de las emisiones de Co2, y el establecimiento de un plan integral de depuración de aguas residuales y preservar el agua limpia.
Sociedad igualitaria
El gran reto de China es saber distribuir su desarrollo y su riqueza de la forma más equilibrada entre sus 1.300 millones de personas. Si la sociedad china no avanza hacia una sociedad con menos desequilibrios entre ricos y pobres, la sociedad se revelará y pondrá en peligro la estabilidad del sistema chino.
El Gobierno de Xi Jinping, como los gobiernos anteriores, sabe que las desigualdades son el gran talón de Aquiles del modelo chino. Por ese motivo el crecimiento económico tiene
que ser un crecimiento ante todo socioeconómico: la educación, la reforma médica, la distribución de los ingresos, la reforma salarial, o las ayudas a los más desfavorecidos, deben seguir siendo una prioridad. De lo contrario no podrá alcanzar el sueño chino de convertirse en una sociedad más “armoniosa”.